La captación de estímulos en un niño es el comienzo para desarrollar los procesos de memoria. Que sea capaz de atender y gestionar la percepción es básico para luego poder usar esa información que se va almacenando y construir su relación con el mundo que le rodea.
¿Por qué insistimos en la importancia de este concepto? Porque nuestras propuestas desde Mi Pequeño Rincón Azul están enfocadas precisamente a desarrollar todo ese proceso tan vital en el crecimiento de nuestros hijos.
Ya te contamos en el post de los kit sensoriales, cómo son nuestros kit y qué beneficios tiene jugar con ellos para un niño, pero en nuestro espacio tenemos más cosas para ti. Junto a los kit contamos con otros productos. Unos de ellos son nuestras bases sensoriales.
¿Qué es una base sensorial?
Cuando hundes las manos en la arena de la playa, ¿qué sensación te provoca? ¿Notas su textura granulada? ¿Sientes a la vez cómo la masa cede a la presión, pero sin embargo cómo cada uno de los granos conserva su estructura dura sin deformar? Podrías reconocer esa sensación y asociarla con lo que se corresponde incluso con los ojos cerrados porque antes ya lo experimentaste y además sabes cómo va a responder a tus acciones antes de ejecutarlas por la misma razón.
En la arena de la playa además los niños juegan, construyen formas con ella, hacen castillos que decoran con piedras, se imaginan mundos… Ese es el concepto primigenio de una base sensorial, que sea una herramienta en la que poder construir escenarios y experimentar con los sentidos.
Son el elemento “base” para desarrollar el juego sensorial y unidas a un kit, la supervisión y pautas de un adulto y la imaginación desbordante de un niño son una combinación perfecta.
En nuestra tienda contamos con bases sensoriales hechas a partir de diferentes tipos de materiales, la mayoría de ellos naturales como el arroz, los fideos, la sémola de trigo, los garbanzos, la sal gorda… que teñidos con productos no tóxicos y colorante de grado alimentario se convierten en un objeto de estimulación táctil seguro.
Pero también hay algunas de otros materiales como las cuentas translúcidas o las piedras de cristal. O incluso packs variados en los que se mezclan por ejemplo piñas naturales, rodajas de madera, piedras de río, piedras de cristal y plantas artificiales.
Verde, rojo, naranja, amarillo o púrpura son algunos de los colores que podrás encontrar, y también mezclas en las que te proponemos ideas de juego como la de fantasía, el cosmos, el océano, la aurora boreal, el arco iris, el polen, la nebulosa, los colores del otoño…
Los niños ven, escuchan, tocan… y todas las terminaciones nerviosas se ponen en marcha recibiendo estímulos nuevos. Si esto se produce en un entorno seguro y es una experiencia de calidad, su cerebro aprende.
Cuando se trata de bases sensoriales, puedes proponer a tu peque juegos donde rellene formas con ellas o practique la grafomotricidad, asocie colores a situaciones o momentos, pero también puedes dejarle un poco más libre que haga trasvases, cree sus propios mundos con sus reglas y experimente sin límites.
La base sensorial se puede usar independientemente pero también puedes utilizarla para multiplicar las posibilidades de juego de los kits. El límite lo pones solo tú y la maravillosa e inquieta mente de tu peque.
Nuestras bases sensoriales están hechas 100% con productos no tóxicos y colorante de grado alimentario, pero no son aptos para el uso comestible.
Lee detenidamente las indicaciones del producto durante su compra porque hay algunas que pueden contener gluten o trazas de huevo entre otros alergenos.
No son un juguete en sí mismo. Son objetos de diferentes tamaños, texturas y colores pensados para estimular los sentidos y permitir diferentes opciones de juego.
Están diseñadas para mayores de 3 años ya que contienen piezas pequeñas y atractivas que pueden comprometer su seguridad en caso de ingestión accidental.
Es un material pensado para disfrutar junto un adulto, no hay que olvidar nunca las precauciones de seguridad.