La historia de Mi Pequeño Rincón Azul


Mi nombre es Patricia y soy la propietaria de Mi Pequeño Rincón Azul. 

Este proyecto nace en la intimidad del hogar. Surge de la necesidad de desarrollar juego sensorial para mi hijo Alex, con diagnóstico de autismo desde los 2 años.

En el autismo la percepción de los sentidos está alterada y hay que trabajarla a fondo. Nuestros pequeños no reaccionan de modo convencional a ciertos estímulos externos ya que, por defecto de sensibilidad o por exceso, su actividad normal se ve alterada.

La aventura de aprender, enseñar y compartir

Hace un par de años comencé a preparar kits temáticos para trabajar con Alex en casa, la idea era acercarle mundos completos en miniatura para que se fuera familiarizando con diferentes áreas.

Siempre hemos trabajado mucho para complementar lo que hace, tanto en la escuela como en las terapias. 

En su caso tenía mucho rechazo con las texturas y esto dificultaba enormemente la aceptación de los alimentos. Hasta pasados los 5 años no toleraba la comida sólida a excepción del pan. 

Era crucial trabajar desde el punto de vista sensorial, así que me puse manos a la obra y en pocos meses pasó de no poder tocar un recipiente con garbanzos a tolerar y disfrutar todo tipo de texturas.

El comienzo de algo más grande

Cuando uno se enfrenta a nuevos retos que no había previsto y que desconoce hay que dedicar mucho tiempo a conocer las causas y buscar soluciones; y compartir la experiencia con personas que pudieran estar haciendo el mismo viaje que yo me pareció una buena idea. 

Empezamos con nuestro Instagram con la esperanza de poder ayudar a otras familias enseñando las actividades que realizamos en casa para complementar las terapias. Y fuimos descubriendo que esta forma de jugar es además válida y beneficiosa para cualquier niño ya que está demostrado que la estimulación frecuente de los sentidos favorece la maduración de nuestra percepción y nos permite desarrollar el lenguaje y la movilidad entre otras competencias. 

Divertirse y aprender puede ir de la mano y el material manipulativo hace que las experiencias se graben en el cerebro de otra forma.

Hay que permitir a los niños y niñas disfrutar del juego en la infancia y ofrecerles posibilidades de hacerlo.

Materialización del proyecto

Con la tienda llevamos aproximadamente un año y medio desde que empecé en el taller pudiendo hacer las cosas de una forma profesional y organizada.

El objetivo que me llevó a ir un paso más adelante fue el de poder pagar las terapias necesarias para mi hijo, ya que es un mundo muy caro y por desgracia las familias recibimos poca ayuda por parte de los organismos públicos. Al final nuestros niños y niñas necesitan una serie de apoyos y es crucial que se pueda trabajar cuanto antes, ya que los primeros años son muy valiosos.

Cada día es una aventura, me ilusiona mucho poder preparar propuestas tan variadas y divertidas para los niños y niñas sabiendo lo beneficioso que es el juego sensorial en la infancia.

A nuestra tienda acuden padres involucrados en el juego de sus hijos, y que además se preocupan de intervenir en sus procesos de aprendizaje; y profesionales que quieren ofrecer en sus centros material hecho con mimo y diseñado con cuidado.

Vendemos muchos kits sensoriales, plastilina natural y cada vez más proyectos digitales.

Crecimiento personal

Este proyecto me ha hecho reinventarme, ha convertido mi dedicación repentina en una profesión preciosa que, aunque me da muchísimo trabajo, también me llena de satisfacción.

Trabajar para los niños y las niñas es algo precioso. 

Soy muy perfeccionista y siempre hago todo con el máximo mimo pensando en esas manitas que lo disfrutarán y de alguna manera esto me ha acercado a la infancia y a volver a imaginar como cuando era pequeña.

Con los hijos siempre se aprende a ver la vida con unos ojos más puros. Nosotros jugamos mucho y aprendemos a la vez. Ellos con lo que yo les ofrezco y yo con cómo actúan.

Al final ellos y ellas son nuestros grandes maestros. 

Si los adultos viéramos el mundo con los ojos de los niños el mundo sería un lugar infinitamente mejor.